ARQUETIPO DEL DRAGON
Como arquetipo, el Dragón está relacionado a los cinco elementos principales que rigen metafísicamente sobre las manifestaciones materiales presentes en la naturaleza. Él mismo está conformado por los cinco elementos. El cuerpo de reptil representa su unión con la Tierra; las escamas, semejantes a las de un pez, representan su poder sobre el Agua; sus alas dan testimonio de que está en estrecha unión y en cercano y sutil contacto con el Aire; su aliento de Fuego nos anuncia que es dueño, guardián y señor de este elemento en todas sus manifestaciones; y el Dragón mismo es la representación del Éter Universal que sostiene y vivifica todas las manifestaciones. En lo externo el dragón es esta quintaesencia, pero en lo interno es la Primera Materia en la que el éter está contenido; esa Prima Mater (madre primigenia) de la que han surgido todas las formas materiales y substanciales visibles o invisibles para la vista común.
El Dragón es un símbolo arquetipo de sabiduría e iluminación. A través de los tiempos siempre a representado a los grandes hierofantes y maestros auto-realizados, así que cuando se habla del dragón se hace siempre referencia a un bodhisattwa, a un buda de compasión.
los Dragones poseen poderes sobrenaturales, por dicha razón son conocidos también como guardianes de los misterios, tesoros, doncellas, etc.
No solo los egipcios y orientales usaron el símbolo arquetípico del dragón, también en mesopotamia, asiria, babilonia, Grecia, México, etc. encontramos similares analogías que encajan perfectamente con esta sabiduría universal.En Grecia encontramos la leyenda del Edipo rey frente a la esfinge, buscando la sabiduría, en los templos prehispánicos del México antiguo hallamos a Ketzalkoatl, un monstruo mitad serpiente mitad ave sagrada, haciendo una simbiosis perfecta de lo superior y lo inferior unidos en perfecto equilibrio.
En el antiguo Egipto el Dragón fue representado por el esfinge, criatura simbólica que custodiaba los tesoros de la sabiduría y los secretos de los faraones y sus pirámides.
Estas esfinges o criaturas monstruosas siempre fueron veneradas y respetadas como representación de la protección y la sabiduría oculta, un típico y emblemático arquetipo de los grandes misterios herméticos de todos los tiempos.